Ser Cuaresma

Ser Cuaresma

Silencio y oración. El verbo de Dios silencia su palabra de Hombre durante cuarenta días en el desierto, para orar sin descanso. Un silencio prolongado y sublime que pesa sobre el mundo entero, primicia de salvación. Exhausto, hambriento y agotado. Silencio en la presencia del tentador, que Jesús soporta con entereza y combate con la oración. Silencio y oración en un entorno hostil, arduo, difícil aunque necesario. Hacer silencio es necesario para que la oración arranque las capas del yo que cubren el alma, y transitar así el camino que Jesús abrió ante nuestros ojos. Cuaresma es desierto de soledad y sacrificio (hacer sacro); de desprendimiento y encuentro. Cuaresma es preparación del alma para el encuentro íntimo y personal con Dios; es el camino definitivo para saborear la Vida. Desde el dolor y la desesperanza es posible experimentar la dulzura del amor del Cordero, el más abatido de todos. Es la brisa del calvario, que envuelve suave la certeza futura. Franqueará solo el umbral, para encontrarse con nosotros el último día, donde la Justicia y la Gracia se abrazan. César Cid

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