Compasión

Compasión

Se ha escrito mucho sobre la compasión, ahora que muchas personas prestan su tiempo voluntariamente en actividades de ayuda, especialmente en etapas de enfermedad. En mi opinión, quien decide dedicar parte de su tiempo a actividades de ayuda, debe construir un espacio abierto donde el sufriente exprese sus necesidades sin influencias. Pero ayudar a otros supone riesgos, sobre todo uno: sentir que tal conducta es un deber y en paralelo, que nos hace buenas personas. El paternalismo, muy propio de la sociedad actual, es otro fantasma que agita la verdadera naturaleza del impulso bondadoso que alimenta este tipo de actividades. Sin embargo cualquier acto solidario y desinteresado no siempre es un acto compasivo. Respecto a enfermos al final de la vida, he conocido facilitadores para quienes la muerte es una tragedia y como tal lo expresan. Personalmente creo que esto no ayuda y apuntala toda esperanza trascendente. Y se pierden la posibilidad de experimentar el proceso de muerte como nacimiento a una vida nueva. ¿Realmente hemos pensado qué damos y a quién? Parémonos a pensar. Sin embargo no es un proceso racional, sino espiritual. La verdadera compasión es “tocar su dolor con el corazón”. Nada de conmiseración. El ser compasivo no huye nunca y no es un héroe, simplemente está abierto a su propio sufrimiento y esto le permite “abrirse” al de otros.

Este discurrir armónico no es nuestro, no es dado para darlo. Y si perdemos el miedo a involucrarnos- aunque percibamos cierta tendencia a huir- sentiremos que la fuente se abre para nosotros, para usarla con quienes sufren. Quienes dan de sí mismos- como decía- se agotan presurosamente. Los que dan de la fuente- Cristo- , se alimentan al hacerlo y perciben la belleza del amor incondicional. Cuidar del otro es enamorarse de Dios en su mirada y en sus heridas para hacerse Uno con él. Para el cristiano la compasión es la respuesta amorosa de Jesús. También hoy Jesús nos invita a trascender el ritualismo vacío para tocar a los que sufren por alguna razón, con la ternura que solo Dios derrama en los corazones. El papa Francisco lo llama la lógica de Dios: “… que con su misericordia, abraza y acoge reintegrando y transfigurando el mal en bien, la condena en salvación y la exclusión en anuncio”.

César Cid

2 comentarios en «Compasión»

  1. Necesaria Compasión. Darnos al que esta necesitado de ayuda con mucho amor.
    Precioso texto, para compartir. Agradecido, hermano. Un abrazo

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