¡Adios Nonino!

¡Adios Nonino!

Banda sonora para una despedida sincera

Este es el título con el que Astor Piazzola, el maestro argentino del bandoneón, dio al mundo una composición dedicada a su padre Vicente, fallecido por accidente de bicicleta. Un tema que nació en el fin del mundo, que ha servido para reconciliar al hombre con sus emociones. El maestro cayó en una depresión profunda y tuvo que experimentar grandes dificultades para seguir viviendo. Salvado por la música, Piazzola representa en su composición  lo absurdo de la vida, que trae y contrae devociones y odios, pasión y desesperanza.

 “Adios Nonino” es un himno que suena hoy para el viaje que el alma de Jorge Bergoglio ha iniciado. Aquel cura argentino que escuchó a Piazzola y nunca imagino sentarse en el trono de Pedro, en la Roma que tan lejos vio, incluso desde la ciudad misma, hasta esta madrugada… Francisco no fue el Papa que el mundo esperaba, fue el pontífice que el mundo necesitaba justo en ese momento. No me mueve escribir desde la teología, sinceramente no sabría qué decir. Sin embargo y como clérigo, siento el dolor de un hijo desprotegido. Ahora toca escuchar y leer a catedráticos de estera y plató, historietas y bramidos absurdos sobre lo que fue, lo que pudo haber sido y lo que viene. Profetas del hashtag.

Francisco ha sido párroco del mundo, sensible al sufrimiento del hombre y preocupado por las consecuencias políticas que los patrones poderosos han provocado. Refugiados, inmigrantes, pobres, solitarios y, sobre todo, víctimas de toda guerra. Con un hilo de voz, horas antes de morir, pidió que parase la locura de Gaza. Francisco ha sido capaz de ESCUCHAR el dolor de la tierra y ha orado intensamente por ella. Probablemente, en la intimidad, Dios le ha permitido escuchar la voz de Cristo, la misma que habló al ciego, al paralítico y a la adúltera.

Gracias, buen pastor. Adios Nonino.

César Cid

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