Vida para servir

imagesEn estos momentos de disyuntivas interesadas, ideológicamente hablando, urge retomar la visión unitaria cristiana que apela a la totalidad de la persona, como ser creado por y para Dios. Ello requiere un enfoque radical y sincero, respecto de las circunstancias que intervienen en nuestra existencia. Y no quiero enrocarme en cuestiones de bioética, que en ocasiones enredan mas que resuelven, desde la verdad politizada que cada uno defiende. Me refiero al vivir cotidiano, a los gestos pequeños, a la relación personal con los otros en nuestra cotidianidad. Desde la opción de Cristo, nuestros días están repletos de oportunidades para mostrarle a Él como modelo. Porque me siento amado te amo y te sirvo, hermano. Sería una buena frase para interiorizar, cada vez que nos encontramos con una circunstancia que afecta también a otros. Reconciliados con el Padre, seremos pan para el hambriento y respuestas   para el angustiado. ¿Cómo? Desde la simple presencia, que genera vida gracias al Espíritu Santo que nos acompaña. Con respeto y firmeza; con tolerancia y comprensión entraremos en su vida para que sienta nuestro apoyo. Con dulzura y sensibilidad para que el paráclito modele nuestras palabras. Con auténtica vocación diaconal, esa que nace en el bautismo y se configura durante la vida de fe. Como la suegra de Pedro, que una vez sanada se dispuso a servirles. Cristo nos da la clave para acoger y transformar el dolor del otro, en una dinámica sublime que sacraliza la vida maravillosamente. Cristo me convoca ante tu cama, hermano, para que abandone mi orgullo y me incline ante ti. Y me invita a participar de tan magno acontecimiento para que toque tus heridas y sienta las suyas. César Cid

Un comentario en «Vida para servir»

  1. Te felicito por esta gran lección sobre el acompañamiento al enfermo. Con frases y expresiones muy bellas nos propones claramente como modelo a Jesus y nos invitas a que nos dejemos
    guiar por su Espíritu en ese estar con y para el enfermo, y seamos siempre para ‘el alivio y consuelo y nunca molestos visitantes.

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