Pan de Amor

6854F293-AD90-4B45-85B7-89B3D404EEACNada puedo decirte esta noche. Te he visto descender de nuevo a los abismos, para rescatar aquél discurso añejo, articulado desde el alba del mundo, y decir en silencio que eres Amor; Amor, nada menos… Y sin más te hundes en el lodo de una vida ajada y consumida, en un proceso irracional por incomprensible y misterioso como nada. No soy capaz de articular palabra y me incomoda. Quisiera ponerle nombre a tal hazaña para vestir de argumentos mi ignorancia. Porque no entiendo posible lo que pasa, ¿sabes? No lo tomes a mal, pero sigo esperando un gesto que pueda comprender, aunque sé que urdes en el sereno refugio del silencio, y no hay palabras que broten donde no existe sino el Verbo que contempla y salva. Realmente no tengo nada que decirte, nada importante. Solo que me incomoda sentir que las palabras huyen antes de llegar, porque cualquier expresión sobra en tu presencia. Creo que cuando amamos a alguien conviene que sepa que no siempre sabemos qué decir. Solo puedo mirar y contemplar desde mi humana impotencia; que no hay nada mensurable en Tu presencia, Señor; presencia serena que ha vestido de esperanza aquella habitación esta tarde y ha borrado las huellas oscuras de una vida. Lo peor es que no sé cómo ha sucedido, porque mi alma aún no merece comprenderlo. Lo mejor es saberte vivo, Pan de Amor. Humilde en el regazo de una muerte que no es muerte ni es nada. Y no es tristeza lo que siento, sino ternura, Señor. César Cid

2 comentarios en «Pan de Amor»

Los comentarios están cerrados.

Volver arriba