¡No quiero morir!

No sé si hay algo que pueda decir que te alivie, porque lo entiendo: no quieres morir, y no puedes imaginar que el mundo siga sin ti. No te voy a decir que no tengas miedo. Pero quiero que sepas que ese miedo habla del amor que tienes por la vida, por los tuyos. Es la prueba de cuánto significas, de cuánto te importa. Y aunque ahora todo parezca imposible, quiero que sepas que no estás sola en esto. Que te acompañamos aquí, ahora, en lo que sea que venga, sin huir de ti, sin mirar hacia otro lado. No tienes que ser fuerte todo el tiempo. Puedes sentir rabia, tristeza, todo lo que necesites. Pero también puedes descansar un poco en saber que lo que has sido, lo que has dado, ya está dejando huella. Y eso, pase lo que pase, no desaparece. No se trata de aceptar la muerte, sino de seguir eligiendo vida en cada instante que queda. Este instante también es vida y Dios es testigo fiel.

César Cid