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Le quema la vida entre los dedos, porque estuvo muy cerca de perderse para siempre. Tan cerca que necesitó tiempo para reconocerse de nuevo, ante las mismas vidas de las que huyó. Envuelta en razones de otros y confusa como siempre, se dio otra oportunidad. Ahora camina y habla con dificultad por el incendio que vivió su alma ese día amargo. Llora sin hacer una mueca, como si las lágrimas no fueran suyas, especialmente desde supo de la muerte de su hermano, tan querido. Me habla de Dios y me conmueve, porque su estado es un amasijo de emociones y ella Le siente a pesar de todo. Su fe es una sorpresa porque brota desde el dolor más desgarrado y se ha instalado para mostrar a otros- especialmente a nosotros- el misterio de la vida. Hace unos días le ofrecí un pequeño icono de la Mater, regalo de una persona querida, porque espero que María haga con ella lo que hizo conmigo. Sé que los regalos no se regalan, está mal. Pero tengo la certeza de que ella la necesitaba mas que yo, y sé que quien me lo regaló ya me ha perdonado, porque el sentido de pertenencia varía desde la perspectiva de Dios. Somos para los demás. Dios modela muestra imperfección y termina el trabajo que iniciamos. Ayer me pidió una Biblia y siento que María esta caldeando su corazón de nuevo. Hoy sonríe mientas habla con dificultad. Pero sus ojos tienen luz de nuevo y ha vuelto a sonreír. Sólo desde el amor la vida se renueva y solo desde la fe encuentra sentido. César Cid
Un comentario en «Sentido de la vida»
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Imposible NO CONMOVERSE con tus textos!!!!!
GRACIAS CESAR