¿Cómo cura Jesús?

curaSegún los relatos evangélicos, Jesús comunica mediante la palabra y el tacto la íntima fuerza vital de su comunión con Dios. Es su voluntad divina y todopoderosa la que origina la recuperación del hombre para Dios. Jesús cura en los evangelios de diferentes formas, aunque podemos asegurar que su gesto favorito fue la imposición de manos, pues el acto expresa la comunicación del favor sobrenatural a los enfermos. Las curaciones de Jesús son completas e instantáneas, expresión evidente de su causa sobrenatural, con la excepción del ciego de Betsaida, un relato interpretado actualmente desde lo simbólico. El ciego representa a todos los que no son capaces de “ver” el proyecto de Jesús. La sanación, inicialmente imperfecta, representa a los discípulos que, aunque ven y viven con Él, todavía no comprenden su Palabra. La sanación total del ciego precede a la confesión de Pedro. Así como la sanación del ciego se da por etapas, la fe requiere un proceso gradual de maduración y crecimiento. Las curaciones manifiestan un carácter integral. El hombre recupera completamente su salud. El sanado en Cristo es un hombre nuevo, re-hecho. Dios es Dador, Jesús es el Servidor del don de Dios e incluso el Don mismo[1]. Jesús no puede ser entendido fuera del conjunto de la revelación, teniendo en cuenta la preparación que ofrecen la ley y los profetas. La salud que Jesús promueve nada tiene que ver con lo santuarios helénicos, ni se entiende como magia ni es atribuible a ninguna actividad profesional específica de su época. Él revela la dimensión más profunda y cura como Dios: rehace la vida. Su sanación es total y por ello comprende la salvación del hombre. Jesús cura salvando a la persona y salva curando[2]. Jesús no cura por delegación, tiene la facultad de hacerlo sin restricciones. Sin embargo el Verbo se hallaba, tanto para los milagros como para todo lo demás, en un estado de dependencia y relación respecto de Dios. Jesús ora al Padre cuando interviene en la vida de los hombres. Aunque sería una contradicción teológica pensar lo contrario- el Padre puso todas las cosas en sus manos por adelantado- Jesús expresa magníficamente con sus gestos la unión con el Padre[3]. Para Jesús curar es trabajar realizando las obras del que le ha enviado[4]. “Mi padre trabaja siempre y yo también trabajo”[5]. Así lo expresa al paralítico de Betesda, después de curarle en sábado. ¿Con qué fuerza cura Jesús? Mateo elabora una respuesta profunda[6] dando cumplimiento a las promesas de Isaías respecto a la sanación que Jesús ejerce sobre los hombres. Sin embargo el análisis requiere más profundidad para ver en sus curaciones la restauración integral de la persona. “Jesús cura a los enfermos restaurando la comunión con Dios, y les comunica (palabra y tacto) la fuerza vital de su comunión con Dios”[7]. “La carga” que asume el siervo de Dios que anuncia el profeta es posible, porque el Verbo hace suya la vida trágica y abandonada del hombre, comunicándole así su eternidad. César Cid

NOTAS

 [1]. F. Ramos, Pelipe. El lenguaje de los milagros. Edibesa. [2]. J. A. Pagola. Id y Curad. PPC. [3]. Fillion, L. Los Milagros de Jesucristo. Reditar Libros. [4]. Jn 9,4. [5]. Jn. 5, 17. 6]. Mt, 8, 17. 7] Moltmann, Jurgën. El Espíritu Santo y la teología de la vida. Sígueme

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